-Yo no estoy tomando vino blanco- Respondió ella, con
delicadeza.
-Ah, ¿no? –dije yo, sorprendiéndome.
-No
-¿Y qué estás bebiendo?
-Champagne
-¿Champán? – pregunté, con mi acento castizo.
-Non. Champagne –repitió ella con su acento musical,
alargando la “eñe”, muy nasal, y suspendiendo en el aire la “e” final.
-Champagne? -volví
a preguntar, intentando imitar su pronunciación.
-Oui. Eso he dicho –confirmó la mujer.
-Pero tu copa no es una copa de Champagne.
-No, no lo es.
-¿Entonces?
-¿Crees que la forma de una copa determina lo que contiene?
Estas líneas pertenecen al libro Burbujas de Champagne de
Luis Astolfi. Si quieres seguir leyendo tendrás que comprar el libro y estarás colaborando con la asociación ASDID https://sites.google.com/site/sindromedid8pter/
Tocar a todos y saludar a cada uno sin afectar la naturaleza
de las formas y entender que siempre se puede asimilar. Una vid, una bodega,
una barrica, un vino, una vida y vuelta a empezar con la emoción que todo
vuelve y nada se traba. Si sabemos escuchar y tomamos distancia alcanzamos el
mensaje.
“Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar
haciendo caminos, caminos sobre la mar.” Esto es la parte que falta del común calificativo
que debería ser el más común de los hechos, debemos ayudar a catar la vida y enseñar
a venerar y amar. Nadie dijo que fuera sencillo pero no hay improbables cuando
cada día nos explican lo increíble de la bondad humana hacia el prójimo.
El encuentro con las cosas en común que son de todos, porque
hermano mío es aquel que sacude conciencias y se despereza del letargo que nos
persigue a todos. Sé que este regalo me agita por dentro, y en esa agitación
descubro algo nuevo, sorprendente, intenso, que la vida nos concede, que la
vida nos da, que no solamente frena. En esa búsqueda inquieta, tenaz, donde los
ríos claman su salida hacia la inmensidad. Todos necesitamos que nos recuerden
que no solamente estamos de paso, hay
ciertas cosas que no se deben hablar, si no predicar con el ejemplo.
Todos de una u otra manera conectamos y es
mejor a través de los ojos de la comprensión.
El optimismo, es la aceptación de nuestro pensamiento bien
ejecutado. Pasamos mucho tiempo intentando percibir o analizar mentalmente lo
que nos hace diferentes de otros seres y sin embargo participamos del mismo chispazo
evolutivo. Y de los momentos más
inesperados surge la respuesta. Una copa de Champagne para brindar por
la existencia y la salud de aquellos que necesitan de un hombro donde
refugiarse cuando la desdicha inunda sus vidas. Esa pequeña simiente de alegría, en ese momento cambia todo y la vida
nos sonríe.
Carlos Schölderle
Hace algún
tiempo alguien me dio una oportunidad.
Una oportunidad que eran varias oportunidades juntas. Creo haber aprovechado algunas, otras no. Entre las que sí, está “Burbujas de champagne”, que más allá de ser un relato sobre la admirable vida de unas personas, ha sido para mí un hermoso regalo, porque a través de ella he podido experimentar por mí mismo algo que escuché una vez, y que es la base de toda esta historia:
“La compasión no ayuda a caminar”.
Querido Carlos: te agradezco tus palabras, por tu sensibilidad y tu implicación, y porque has sentido lo mismo que yo siento. “Burbujas de champagne” sigue haciéndome maravillosos regalos de vida.
Una oportunidad que eran varias oportunidades juntas. Creo haber aprovechado algunas, otras no. Entre las que sí, está “Burbujas de champagne”, que más allá de ser un relato sobre la admirable vida de unas personas, ha sido para mí un hermoso regalo, porque a través de ella he podido experimentar por mí mismo algo que escuché una vez, y que es la base de toda esta historia:
“La compasión no ayuda a caminar”.
Querido Carlos: te agradezco tus palabras, por tu sensibilidad y tu implicación, y porque has sentido lo mismo que yo siento. “Burbujas de champagne” sigue haciéndome maravillosos regalos de vida.
Luis Astolfi
Luis Astolfi |
Muchas gracias Luis, In vino veritas, longae vitae!))
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